¡Otra vez padre celestial! ¿Qué le pasó al Duque de la Presidencia de esta República de Colombia? se olvidó de los principios de su religión: que la justicia entra por la casa.
Le abrió la puerta a la migración venezolana con desabrochada generosida,d, para que estos hermanas y hermanos venezolanos coparan las calles, autopistas, carreteras parques y andenes con su miseria, dolor y tristeza.
Les ofreció salud, comida, educación, registros de nacimiento, pasaportes y trabajo, aquello que carecen millones de colombianos.
A esta hora del juego los discursos populistas se callaron, los micrófonos se silenciaron y las lentes de las cámaras se oscurecieron, millones de hombres, niños, niñas y mujeres no pueden recibir beneficios con insultos a Maduro y alabanzas a Guaidó.
Donde todo quedó, como no quedó, porque nada se solucionó y tanto los dos presidentes de Venezuela están manejando a sus anchas millones de dólares y usted de shopping por el mundo.
Entre tanto, las nubes de compatriotas divagan por las calles, piden limosna unos y otras, se disparó la mendicidad y en los semáforos hay peajes de toda índole generados por la migración, que nada pueden aportar al país como respuesta a la manga ancha del actual gobierno.
Estamos de acuerdo con la solidaridad, pero no a costas del poco o precario bienestar de los colombianos, para el caso de la salud, con unas entidades colapsadas y muchas quebradas o en quiebra que no pueden atender a los de casa y tienen -que como sea- dar prioridad a los migrantes.
Mi apreciado Presidente Duque, usted se gastó $1.500 millones en viajes ¿dónde está ese pacto por la equidad que cacarea? Es conveniente que con sus comitivas viajeras se den una pasadita por las calles de Bogotá y carreteras de Colombia, para que vean la desgracia que viven los migrantes y de allí las consecuencias que arrastran.
Lo anterior, lo hago al filo del conocimiento de causa, en razón que la degradación social en oleadas, a quien más afecta es a las mujeres, en especial a las más humildes que son de aquellas familias donde lo único que las cubre es la oscuridad de los gobiernos.
Esta nación está llena de maltrato, violencia sexual y muerte a las mujeres, que nos toca tomar las riendas de los hogares, trabajar para sacar adelante a los hijos, porque en Colombia la manada de irresponsables dejan notar que hay más penes que hombres y usted y su equipo Presidente importando más, para postrar a esta nación en la desesperanza de la miseria.
¡Padre Celestial cúbreme con el manto de María!